martes, 15 de febrero de 2011

Rojos de Versace (o de pacotilla)

En los prolegómenos de la aventura contratamos en puerto a la tripulación. Necesitábamos, sobre todo, alguien versado en las nuevas tecnologías, y quién mejor que el grumete, el benjamín. Él fue quien instaló la parabólica y quien desarrolló los programas para piratear toda señal audiovisual que se transmita en cualquier punto de la Tierra.

Gracias a él pude tragarme de pe a pa la ceremonia de los Goya. Allí estaban todos, y todas. Ministros, ministras, directores, actores y productores, tan rojos, tan progres y tan mirados de si mismos en su propia rojez. Luciendo lo último de los mejores modistos, luciendo el palmito de revolucionario en uno de los más ampulosos escaparates que se puedan llegar a ver. Querer y no poder. Querer ser americanos, y no poder. Querer ser rojos, y no poder.

Ayer me dijeron que Isabel Coixet buscó financiación en España para su documental sobre el juez Garzón y no encontró a nadie que le diese ni los buenos días. Parece ser que algunos productores colocaban los dos dedos índices en forma de cruz y gritaban ¿Garzón?¡Vade Retro!.

La Coixet, finalmente, se fue a Alemania, y allí encontró los cuatro euros que necesitaba. La peli se ha presentado en la Berlinale.

RETRETA
El amiguete S. Segura hará la colada, en representación. Es inaguantable (La pasta que habrá hecho este cabrón a base de embrutecer a la tropa)¿Qué diferencia hay entre este tipo y Berlusconi?

Doble de ron para la Coixet y el juez.

Esta noche me tiro a la Sinde: sus orejas me ponen.

Que roben una copia de 'Pa Negre'. Habrá que verla

3 comentarios:

  1. Con tu permiso, camarada Jones, la Coixet no consigue financiación porque sus películas son aburridísimas, si a eso incluímos la sosez del Garzón, sería la única película que no se bajaría nadie de Internet. Los alemanes lo único que quieren es seguir desprestigiando la cultura de los Velázquez, Cervantes, Ramón y Cajal, Manuel de Falla, etc, etc.

    Por cierto, observo a babor y estribor, infinidad de cruceros esperando volver a tierras faraónicas para practicar turismo en países de tiranos. En sus cubiertas, mientras, van despotricando contra los dictadores a quienes van llenando con su dinero democrático sus arcas ensangrentadas. Si me das permiso lanzamos algunos cañonazos a esos rascacielos flotantes.

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  2. ¡Fuego a discreción! Y apunten bien, ¡coño!

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