Esta mañana soplaba Levante. Mañana cálida. Hemos anclado frente a un paraíso fiscal.
Me he subido en un tonel, como un Lenin de los ecéanos, y adoptando la más digna de las estampas marineras, les he dicho a todos (No tenemos 'todas'. Así vamos, encallecidos, y no precisamente por andar trajinando con cabos).
-¡Marineros! la cosa está muy jodida; chunga, pero chunga de verdad. Vamos a tener que alargar la jornada y reducir el rancho, el ron y la paga.
-¿Joooderrrr!-Han contestado todos en coro.
-¡Todo sea por mantenernos en el mar, porque si no es así, nos hundimos!- He aseverado muy puesto, con voz potente y ceño fruncido.
-¡Bueeenooo! han vuelto a cantar todos.
"Qué lindos, qué buenos, qué responsables, qué gilipollas." He pensado, subido allí arriba, melena al viento, ojo avizor.
-¡Venga, a las labores! ¡Se me van disolviendo!
Y dicho esto, he ordenado que no me molesten. Me he encerrado en mi camarote y me he puesto a jugar con la Play. Soy España. Voy a jugar otra vez la final del mundial. ¡Se van a cagar los holandeses!
RETRETA
Que no le pongan cuña a Esperanza Aguirre en la habitación, como a todo hijo de vecino de un hospital público madrileño.
Jones tus piratas se te están revolucionando, ¿ cómo lo permites ? Te cazarán cuando bajes la guardia y estés de ron hasta arriba. ¿ Mira que racionar la comida y la bebida ? Maldito Capitán de este barco que se hunde! Deja la borrachera, la "chulería" y arrima el hombro para no hundiros!
ResponderEliminarAllí no sé, pero la cuña no debería de ser nueva, sino lavaba en lejía pura y dura. Una habitación compartida y que vea el sufrimiento del pueblo